En las brumosas costas del hermoso pueblo pesquero de Bermeo, donde las tradiciones se entrelazan con las olas del mar, la historia de mi familia, representada por el mote "MAISON", es una saga de salitre, aventura y entusiasmo por otros pueblos y lugares que ha perdurado a lo largo de los siglos.
Todo comenzó con mi bisabuelo, Ladislao Alboniga, un alma valiente y audaz que gracias a su ilustre amigo Venancio Nardiz, hijo predilecto de la villa de Bermeo encontró su destino entre las velas del Nautilus, aquella imponente corbeta que partió de Ferrol en el año 1892 en una expedición de circunnavegación.
Durante veinte meses mientras surcaban los mares , exploraron tierras lejanas y descubrieron culturas desconocidas y lenguas
El regreso del Nautilus a San Sebastián, pasando por la histórica localidad de Getaria en honor a Juan Sebastián Elcano, marcó el final de una odisea y el comienzo de un nuevo capítulo en la historia de mi familia. Ladislao regresó a Bermeo, donde desde el balcón de su casa, con el mar como testigo silencioso, llamó a su hijo "¡My son!".
Esa expresión, traída de tierras lejanas y cargada de significado, se convirtió en el símbolo de nuestra familia. Desde ese día, el mote "MAISON" se arraigó en nuestras raíces, recordándonos que nuestra historia está entrelazada con la valentía y los viajes de circunnavegación del Nautilus por los mares del mundo.
Así, en las calles de Bermeo, donde cada apellido lleva consigo una historia, el nombre "MAISON" se alza como un estandarte de orgullo y una invitación a seguir explorando, descubriendo y compartiendo el legado de aquellos que surcaron los mares en busca de nuevas fronteras e ilusiones
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